lunes, 22 de enero de 2007

EL HADA BUENA


Era mas blanda que el agua.. que el agua blanda. Y también era una muñequita hermosa, con cabellos de oro, con dientes de perla y labios de rubí.
En realidad era blanda porque era fofa, y le gustaban las muñequitas. Los dientes eran de oro como los de los comisarios, ojos de rubí provocados por el quinto vaso de vino y al cabello: se lo debo.
Eso sí.... Tiene un cutis de muñeca y los que dicen que es chueca no la han visto en camisón. Critican la voz (insensibles) cuando emergen estrofas corales inundando el aire de perfume justamente a colonia coral... en el coro... en aquel escenario que estaba rebozante de seres de abigarrado aspecto que formaban El Coro... allí estaba ella, Pomposa bajo su casco de cartón al oro... Hermosa, radiante, regordeta, con su mirada lujuriosa, por momentos lasciva, provocadora. Angel y demonio como diría Aznavour.
Nuestra hada se está preparando para cantar “No llores por mí Argentina”, con su vestido blanco de lamé y su escote que le permitirá alzar los brazos al público como lo hiciera Valeria, Nacha, Paloma y hasta Madonna. Así como el arte al fin ignora a la materia que elige, tal vez veremos a Maradona haciendo de Evita, o mas propiamente a María Martha Serra Lima.
El gran dilema es: ¿Cantada en Español o en inglés?. Se dice que hay una Evita japonesa y por que nó una Evita negra, por que no la habría de interpretar nuestra hada madrina, que ha surcado y pisoteado las tablas de miles de escenarios en clubes, iglesias, teatros, sótanos en los ’60, ascensores, bañeras... en fin, cualquier lugar es bueno cuando uno necesita cantar.
La historia de nuestra hada es singular. Cuando niña se subía a un fuentón (muy niña) para cantar “los gitanillos”, so pretexto de recibir una extorsiva dosis extra de torta. Luego de desfondar varios fuentones, y por medio de un vecino que descubrió sus dotes de cancionista, llega al Eden Park, en donde su sonrisa irradiante Kolinos blanco deslumbrante iluminó las noches tachonadas de estrellas y perfumadas con el humo delicioso de los choripanes. En los entremeses participaba con Nancy Valdez de un espectáculo llamado “La flor Azteca”, un ilusionismo con espejos que la tuvo como protagonista, pero en su currícula se puede encontrar los gorjeos de coloratura que hubieran hecho que Libertad Lamarque se fuera antes del país.
No dejemos de lado la vida privada de nuestra hada: Quien la viera en el escenario jamás la imaginaría emitiendo una cadena de gases ó eructos que harían temblar el cristal tanto como un do de pecho. De esto último debemos referir: el ocultable problema de nuestra hada eran justamente sus amantes y los gases.
Inevitablemente e inmediatamente los chocolates le producían gases. Recibía en su camarín innumerable cantidad de cortejos de sus admiradores: el portero corría la cortina de cretona y preguntaba: -Señorita, otro corazón lleno de chocolates, me dá uno???
-No quiero desarmar ésta preciosura, la llevo a mis perritos. Y súbitamente la ley del deseo primaba, se abalanzaba sobre la caja rompiendo el corazón del amante y de la caja de bombones. Al final de la función la esperaba el ansioso caballero que había enviado los bombones con una tarjeta y comenzaba el drama: un pedo, otro, un reguero de gases incontenibles, capaces de revivir al Hindemburg. Además que los chocolates, las obleas, galletas y confituras se transformaban en mierda. Su interior era un volcán por cuya boca salía humo y lava negra.
Su drama era permanecer con su acompañante sin desinflarse.
Nuestra hada desató muchas cosas: paquetes, zapatos, moños, pero indudablemente pasiones.
Su vida ha sido y lo es, un verdadero laberinto de pasiones. ¿Dónde están esos cuerpos sin alma y esas almas sin cuerpo? O mejor aún ¿Dónde están esos cuerpos con alma que fueron presa de su figura?. Porque así sola y sin vento, mas nadie la va a querer y descolado mueble viejo y no tengas esperanza o mucha panza o pobre y solterona te has quedado aunque el amor fue a perfumar las flores de tus años de milonguita que los hombres te han hecho mal, como los bombones.
Los preparativos están prestos: el vestido: el mismo que hubiera usado Renata Tebaldi; la orquesta afinando: la de Atilio Cavestri sin él. El coro: el de corteggiani vil razza, liderados por Nobleza Cassini El público enamorado de la diva, del hada, con sus discos de 78 rpm para que los autografíe, con flores, con nardos, con bombones, con lemon pies, con ilusiones de ver a su ídola, ella, la auténtica hada.
El vestido que la esperaba en el maniquí era blanco, dijimos de lamé, a lo que ella le había agregado un prendedor de strass colgando en el centro y una boa de pluma de ganso roja. Sus joyas multicolores: rubíes, zafiros, amatistas, aguamarinas, resplandecían y pintaban cada nota emitida por su boquita apenas coloreada enmarcada en sus rubicundas mejillas.
Nuestra Hada. Es nuestra porque es Rosarina, como Pablito Ruiz y Yoly Lan, nuestra hada es una mezcla en la misteriosa alquimia del folklore citadino, sea lo que sea pero es rosarina al fin.
Las luces se encendieron, la orquesta comenzó su introito y un reflector enceguecedor iluminó el centro del telón rojo de terciopelo que se abrió para que se asome ella: el hada buena, nuestra cantante, cupletista, lírica, mito de una historia de lucha por el arte mismo.
La gente llorando, gritando, aplacada por los bomboneros y personal de seguridad, queriendo tocar al menos el vestido inalcanzable del hada. Ella, tan soberbia como majestuosa dedica la función a sus caniches a su endocrinólogo y a Juliet, su planta de violetas.
Enmarcada en el preludio canta su primer estrofa, su segunda, hace un receso y vuelve al camarin a extenderse laxa sobre el chesslong y saborear unos finos bombones que le ha enviado un admirador.
El vestido es talle alto, lo usó Renata, luego Gilda Lousek en tres destinos, y ahora nuestra hada. Es ceñido y fuerte, indudablemente los bombones no son apropiados para la ocasión.
Vuelve al escenario y en un silencio sepulcral, extiende sus brazos al público para cantar ... don´t cry for me Argentinaaaaaaaa.... emitiendo un aturdidor sonido por su gola y por su culo, más estruendoso el trasero. Un simple y humano y vigoroso pedo que hará que su público la baje de la nube nívea en donde estaba al plano de lo vulgar.
Hada, Es al pedo.

(inspirado en dos hadas: Monona y la Pasiva)

No hay comentarios: